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Simplemente di Sí, Parte 2

Oct 24, 2019

En mi última publicación exploramos la historia de Juan 5 sobre el hombre en Betesda. Cuando Jesús le preguntó al hombre si quería ser sano, el respondió con explicaciones y reproches en vez de simplemente decir “¡Sí!”. En esta publicación estudiaremos la respuesta de Jesús al hombre.

En vez de complacer la fijación del hombre en el pasado, Jesús mira hacia el futuro. Leamos la historia que se encuentra en Juan 5:6-14:

Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.  Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día. Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.

En este pasaje bíblico podemos observar cuatro comandos principales que Jesús da al hombre. Veamos más de cerca a cada uno de ellos:

  1. Levántate. Este hombre necesitaba cambiar su forma de pensar. El había estado acostado por tantos años que tomar el primer paso, literalmente en una nueva dirección, parecía algo imposible. Para poder obedecer el comando de Jesús, el tuvo que cambiar su forma de pensar.
  2. Toma. El lecho del hombre fue aquello que lo mantuvo cómodo por años, pero ahora debía tomarlo y moverlo. Esto significó para él dejar su terreno familiar y su zona de confort.
  3. Anda. No solo debía pararse sino también caminar. Debía dejar el entorno en el cual había vivido por años. El estanque de Betesda estaba rodeado de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos; muy probablemente no era un lugar muy positivo o agradable. Las personas no se ayudaban una a las otras a entrar al agua, sino estaban enfocadas en su propia necesidad. Jesús sabía que el hombre necesitaba hallar un nuevo entorno saludable y agradable para poder avanzar hacia adelante.
  4. Sigue. Cuando Jesús le dijo al hombre “no peques más”, Él estaba pidiendo más de él que simplemente ser sano. La sanidad era el primer paso a una nueva forma de vivir. Ahora, el hombre debía seguir a Jesús; andar en los caminos de Dios.

Para unirse a Jesús, el hombre debía levantarse, tomar su lecho, caminar y seguir. El mismo principio y las mismas órdenes se aplican a nosotros hoy. Jesús se encarga de la sanidad; nosotros debemos encargarnos de cómo respondemos. Espero que siempre podamos decir “¡Sí!” al Espíritu de Dios y llevar una vida digna del llamado que hemos recibido.

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